Un día alguien me dijo que el tiempo cronológico, al igual que el atmosférico, no se podía gestionar. Que todos teníamos el mismo y que lo que cabía gestionar era nuestra productividad dentro de ese tiempo. A partir de ahí me di cuenta de que era evidente que cuando a alguien le decías “perdona pero no tengo tiempo” lo que en realidad le estabas diciendo es “tengo cosas más importantes que hacer que lo que me pides”.
Vía @tecomentoque
Via MyKLogica
Interesantes las leyes que expone Alberto Barbero y, sobre todo, sus comentarios sobre cómo utilizamos el tiempo y su incidencia en nuestra productividad.